Camino de Jericó

Camino de Jericó
Camino de Jericó

domingo, 29 de mayo de 2011

Capítulo 8. Sábado 3 de abril

 



Anécdotas/ Recuerdos: El agradable paseo por las callejuelas de Jafa, la historia de Andrómeda mirando al mar, el paseo en el 'famoso camello blanco' en Betania, el baño de barro y sal en el mar muerto, Vigilia Pascual en Getsemaní.




lunes, 16 de mayo de 2011

Capítulos especiales: "Agradecimientos"


Hoy agradecer a Javier su trabajo como reportero, pendiente siempre en los momentos más importantes del viaje, para dejar recuerdos imborrables en imágenes.  De parte de todos:       ¡Gracias Javi!                                                                     

Vídeo:" Javier, el reportero de Israel" 






 Todos agradecemos también al Padre Pedro su dedicación, su sabiduría compartida y su paciencia. ¡Gracias Padre Pedro!



Y, finalmente, Nieves quiere agradeceros a todos vuestro apoyo, especialmente a aquellos que fueron sus muletas cuando sus piernas no podían más. ¡Gracias a todos!

domingo, 15 de mayo de 2011

Capítulo 7. Viernes 2 de abril de 2011.

Anécdotas / Recuerdos:


La 'subidita' al Santuario de la Visitación', pobre María, en burro, sin carreteras, quizá un camino empinado entre los árboles del bosque... La Virgen que más le gusta al Padre Pedro.
  El calor asfixiante en Jerusalén viendo la maqueta y visitando la Menorá.
 
Imágenes 'robadas', por nuestro reportero, de los manuscritos de Qumrán, el descenso desde el Pater Noster hasta Getsemaní, con mucho calor y entre risas, pero también con momentos de profundo recogimiento del grupo o individual en los distintos lugares visitados.

 Intensidad de la celebración en Getsemaní.






 Meditación / Reflexión:

El llanto de Jesús siempre intriga, entristece, le acerca a nuestra humanidad desde su propia humanidad. Como un niño que se queda extrañado cuando su padre llora, o llora con él aunque no sepa porqué, o se inquieta, así nos ocurre cuando escuchamos de la Palabra los momentos de su llanto por su amigo, por su ciudad, por el cáliz que ha de beber, por nosotros, siempre por la humanidad. Desde Dominus Flevit, después de estos casi dos mil años y de la historia recibida, no extraña su llanto. Él sabía lo que iba a suceder, pero, sobre todo, sabía lo que estaba pasando. Israel no le rconoce, no reconoce su visita, no reconoce al Mesías, pasó su oportunidad de paz, aunque, de un tiempo a esta parte, creo que la dureza de corazón de Israel favoreció la transmisión del Evangelio a los gentiles, a nosotros, hasta nuestros días y que forma parte del plan de salvación de Dios.
Cuando Jesús dice a sus discípulos: "A vosotros se os ha otorgado conocer los misterios del reino de Dios; pero a los demás, en parábolas, para que viendo no vean y oyendo no entiendan" (Lc 8, 10) o en Marcos : "... a los de fuera todo se les enseña en parábolas, para que "por más que miren no vean, por más que oigan, no entiendan, no sea que se conviertan y sean perdonados" (Mc 4, 11 - 12), difícil de entender saliendo de la boca de Jesús y traído desde la profecía de Isaías, pero, sintiendo el llanto de Jesús mirando a Jerusalén y "queriendo tenerlos bajo sus alas como una gallina clueca a sus polluelos", me produce esa sensación de sacrificio del pueblo de Israel par la salvación de todos los hombres...


La celebración, vivida a los pies de 'la roca de la agonía', fue para mí uno de los momentos más intensos de nuestro viaje. No puedo compartir con vosotros esta experiencia porque no encuentro palabras para describirla.