Camino de Jericó

Camino de Jericó
Camino de Jericó

lunes, 14 de marzo de 2011

Capítulo 1. Sábado, 27 de marzo de 2010.

Anécdotas: el vuelo para despegar y yo comprando pilas para la cámara, que además después no funcionarían. Retraso al coger el vuelo y "¿detención en el aeropuerto de Tel Aviiv?"...


Recuerdos: Es de noche. Las calles están vacías.
Extramuros una ciudad más, diferente en construcción según la propia cultura, el clima...
Una vía ancha, una avenida y las murallas... Inquietud.
No llevo ninguna predisposición, no he querido leer la guía, me atengo a las indicacines del Padre Teodoro, absorber el paisaje, la luz, los aromas de la tierra de Jesús.
Atravesamos las murallas por la Puerta de Damasco. Calles estrechas, oscuras, cierres metálicos hasta el suelo forman las paredes. Miro arriba, están cubiertas...
Pisamos suelo empedrado, irregular, desgastado, resbaladizo...¡Cuántos pies habrán pasado por aquí!
Huele distinto, a especias, un aroma desconocido.
Dos objetivos para esta primera noche: el Santo Sepulcro y el Muro de las Lamentaciones.
El Santo Sepulcro está cerrado, lo abrirán para maitines pero será tarde. Caminamos hacia el Muro. Algunas paradas en estaciones del Via Crucis, primeras impresiones personales y pequeño desasosiego.
Pasamos el control, el Muro, iluminado, se alza impresionante. Las mujeres bajamos por una rampa, quiero acercarme al Muro y tocarlo, está ahí mismo, delante de mí, pero no quiero interrumpir la profunda oración de las mujeres que están allí. Me conmueve profundamente su oración, el movimiento de todo su cuerpo, el libro pegado a lacara, lo que indica que conocen los salmos de memoria, el respeto, su llanto quedo, lágrimas que fluyen sinceras. No me parece cumplimiento, me parece 'querencia'.
Observo y veo que al salir nunca dan la espalda al muro, caminan de espaldas para no hacerlo.
Podrían pensar, y se escuchan comentarios, de no entendimiento a tal adoración a un muro, casi idolatría. ¿Quiénes somos para juzgar?
En el Muro sienten muy cerca a Dios, respeto, no juicio.
Me acerco al Muro y no me siento digna de tocarlo. Me quedo cerca mirándolo, escuchando plegarias, salmos, supongo. Siento la grandeza de su fe y su plena confianza en Dios.
Se acerca una mujer con tres niñas. La mayor, de unos siete años, se tira, literalmente, al muro y lo abraza y acaricia con su cara, con sus manos y brazos, como quien se tira a los brazos fuertes de un padre que la protege. Me admiran su espontaneidad y su fe.
Siento la necesidad de rezar por ellos.
Salgo de espaldas, según he visto hacer, y con 'piel de gallina'...

Meditación: 'Los últimos serán los primeros' Esta frase acude a mi mente como una ráfaga fuerte y tengo la sensación de estar viendo a los primeros, que serán los últimos, sostendios por Dios, que permite toda circunstancia sobre ellos para que nosotros, los últimos, podamos alcanzar el Reino.
Profundo respeto y amor. Siempre estaréis en mis oraciones. Pediré para vosotros fortaleza y constancia, amor y la protección de Dios y que, cuando vuelva, veáis, oigáis, comprendáis y sanéis.
 ' Levántate y ten misericordia de Sión,
que ya es hora y tiempo de misericordia.
Tus siervos aman sus piedras,
se compadecen de sus ruinas...
... Cuando el Señor reconstruya Sión,
y aparezca su gloria,
y se vuelva a las súplicas de los indefensos,
y no desprecie sus peticiones...'
(Salmo 101)

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